Ahorrando en las crisis

Cada vez que llega nuestro dinero a casa, se deposita ese cheque o recibimos el sueldo, ya sea a principio o a fin de mes, pareciera que el dinero se convirtiera en agua o arena para nuestras manos: Antes de que podamos agarrarlo, ya se ha ido. Las compras, los gastos, la ropa para los chicos, el arreglo del auto, las vacaciones, las fiestas y los regalos, entre muchas otras cosas, logran que cuando llega el dinero poco dure en nuestras manos.

Muchas personas desean ahorrar dinero, pero comienzan con el pie equivocado, o la filosofía del ahorro errónea. Ellos piensan “gastaré todo lo que necesito, cubriré todos los gastos, y solo ahí comenzaré a ahorrar”. Llegaremos a darnos cuenta que nunca nos alcanza del todo para ahorrar y es por eso que la filosofía del ahorro parece eludirnos, o simplemente no estar hecha para nosotros.

Pagarnos a nosotros primero

Debemos comenzar con la operación inversa a la hora de ahorrar. Antes de pagarle al mecánico, al técnico del cable, a la compañía de luz o a los acreedores, hemos de pagarnos a nosotros primero. ¿Esto qué significa? Que debemos hacer todo lo posible para separar la cantidad de dinero que deseamos ahorrar, ni bien recibimos el cheque de pago.

Los gurúes del dinero recomiendan que un 10 por ciento de nuestro sueldo sea para el ahorro de dinero, un 10 por ciento para los impuestos, un 10 por ciento para el diezmo, y el 70 por ciento restante sea para los gastos. Salvando las distancias que estos números proponen, es importante tomar la costumbre de pagarnos a nosotros en primera instancia. De esta manera, veremos que siempre tenemos dinero disponible para ahorrar.

Recordemos que no debemos esperar hasta fin de mes para ahorrar dinero, sino que debe ser un estilo de vida, práctica de todos los días y todos los meses.

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